Valle de Mezquital
El Valle del Mezquital es una región del Estado de Hidalgo, en México, situado aproximadamente a 150 km en línea recta al noroeste de la Ciudad de México. Ese altiplano estepario, muy representativo del norte de Mesoamérica, se encuentra entrecortado por amplios y fértiles valles donde los sedentarios desarrollaron la agricultura desde mucho tiempo atrás. Por su situación tanto geográfica como ecológica en el lindero de Mesoamérica, el Valle del Mezquital vio coexistir al menos desde el año 400 a.C. el mundo de los agricultores y el de los cazadores-recolectores de tradición nómada. Por otro lado, el Valle del Mezquital siempre tuvo una ocupación pluriétnica en el que nahuas y otomíes compartían el territorio como en gran parte de Mesoamérica.
Una vez iniciados trabajos de prospección y de localización, resultó que el valle de Tecozautla, en el norte del Estado de Hidalgo, prácticamente fronterizo con el Estado de Querétaro, ofrecía un terreno privilegiado para la investigación. Dicho interés se vio potenciado debido a la extraña localización de un sitio arquitectónico cuyo nombre moderno es el de Pahñu. Se trata de un centro político-ceremonial de tamaño reducido compuesto por siete edificios repartidos alrededor de cinco plazas escalonadas al borde de una mesa, a una altitud aproximada de 1,850 metros, 200 metros por encima del valle de Tecozautla, en un marco natural de gran belleza. Controlado por un estrecho paso de unos cincuenta metros de ancho, el sitio ofrece un plano en L sumamente original.
Aunque pueda considerarse que los actuales pueblos del valle perpetúan una ocupación prehispánica, resulta sin embargo interesante cuestionar la existencia de ese sitio de altura, disociado de toda función habitacional y distante de 5 kilómetros con respecto a la ciudad de Tecozautla, pues parece aparentemente haber ordenado el espacio prehispánico del valle.
Una primera problemática se planteó de entrada: mientras que habitualmente se estudia la distribución espacial de un territorio en dos dimensiones, en este casi resulta permisible analizarlo en 3D al integrar el factor de verticalidad. La irrupción de la verticalidad en la problemática de la organización territorial constituye un elemento de profunda originalidad.
Por otra parte, el sitio de Pahñu ofrece una secuencia cronológica sumamente instructiva. El centro ceremonial conoció un primer desarrollo en el periodo III, es decir paralelo a Teotihuacan. Luego, fue remozado de manera imponente en el periodo IV, antes de ser abandonado a principios del periodo V al organizarse una nueva concentración de los poderes alrededor del Valle de México.
En otras palabras, la historia de Pahñu nos informa sobre la integración de esa región al margen de la urbe de Teotihuacan, sobre la transición Época III-Época IV, sobre el desarrollo del fenómeno tolteca a partir de 850 (Tula solo se encuentra a unos sesenta kilómetros) y sobre la reconfiguración de los poderes en la época azteca alrededor de la cuenca de México.
Todos esos temas, sin ser inéditos, finalmente fueron poco estudiados y la excavación de Pahñu aportó a dichos registros informaciones determinantes, sobre todo en cuanto a la ausencia de colapso nahua a finales de la Época III y sobre la vitalidad tolteca en dicha región, vitalidad previa a un abandono total del sitio en el que puede constatarse la consecuencia del efecto de aspiración del poder hacia la cuenca de México a principios del siglo XIV.
Las excavaciones se concentraron por una parte en los dos edificios principales, la Gran Pirámide y la Sala de los Banquetes y por la otra en el Complejo Oeste.
La Gran Pirámide, con eje norte-sur, presenta dos estados: las excavaciones permitieron identificar una subestructura de época III, de estilo Teotihuacan, notablemente conservada en la medida en que fue recubierta por una construcción posterior, de época IV. Esta última, actualmente visible, no ofrece por supuesto el mismo grado de preservación.
Esta pirámide forma un sistema dual con la Sala de Banquetes, edificio adyacente, situado al este de la Plaza Principal. Esta Sala de Banquetes resultó ser una construcción para uso político (un tecpan), para la diada sacerdotes-guerreros, es decir, el poder religioso-poder político en el corazón del sitio de Pahñu. Siguiendo el ejemplo de la Gran Pirámide, también conoció dos épocas de construcción.
El Complejo Oeste, con orientación este-oeste, se halla articulado por una pirámide rodeada por dos plazas. Corresponde a una extensión del sitio de época IV.
Tres campañas tuvieron lugar en 2007 y 2008. Pahñu funcionó como una escuela de excavaciones común entre la Escuela Nacional de Antropología e Historia de México (ENAH) y el Centre de recherches sur l’Amérique précolombienne (CeRAP) de la EHESS y de la Université Paris IV. Dicho proyecto de escuela quedó inscrito en un programa de cooperación bilateral franco-mexicano concretado por un acuerdo académico que proyectaba el intercambio de estudiantes y de investigadores entre la ENAH, la EHESS y la Université Paris IV. La dirección estuvo a cargo en el lugar por los dos codirectores del proyecto, el Dr. Christian Duverger, profesor de la EHESS y el Dr. Fernando López Aguilar, profesor de arqueología de la ENAH.
El programa Valle del Mezquital, constituido a pedido de las autoridades mexicanas, recibió el apoyo de la Comisión de Excavaciones del Ministerio francés de Asuntos Exteriores. En 2009, fue sustituido por el programa Monte Albán, que constituye una prolongación temática así como diplomática.